LA ESPERANZA DE LA ETERNIDAD


Esta  es  una  de  las  principales  promesas  que  Dios  dió  a  los  hombres,  que  si  creemos  en  su  Hijo,  que  murió  por  cada  uno  de  nosotros  en  la  cruz  del  calvario,  tendremos  LA  VIDA  ETERNA.   Y  es  una  realidad  hermano,  pues  estamos  hablando  del  Dios  vivo,  y  eterno,  creador  del  cielo  y  de  la  tierra,  y  su  plan  Divino  de  Salvación  al  ser  humano , veamos:

JUAN  3
14- y  como  Moisés  levantó  la  serpiente  en  el  desierto,  así  es  necesario  que  el  Hijo  del  hombre  sea  levantado, 15-  para  que  todo  aquel  que  en  él  cree,  no  se  pierda,  mas  tenga  la  VIDA  ETERNA. 16- Porque  de  tal  manera  amó  Dios  al  mundo,  que  ha  dado  a  su  Hijo  unigénito,  para  que  todo  aquél  que  en  él  crea  no  se  pierda,  mas  tenga  la  VIDA  ETERNA.

REFLEXION:  
Hoy  te  invito  a que  pensemos  en  la  VIDA ETERNA:  Crees  en  verdad  es  esta  realidad ?  Si  no  estás  seguro  de  esta  promesa,  yo  te  invito  para  te  arrepientas,  pues  estas  negando  el  mayor  sacrificio  hecho  por  el  Ser  humano,  y  nada  menos  que  efectuado  por  nuestro  Dios,  y  te  invito  para  que  lo  aceptes  en  esta  hora,  para  heredar  la  VIDA  ETERNA  que  Dios  tiene  preparada  para  todo  aquél  que  cree . 

BENDICIONES  !!!   


¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas,
y que entrara en su gloria?

Lucas 24:26.


El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la fortaleza,
la honra, la gloria y la alabanza.

Apocalipsis 5:12.
El punto central de la eternidad
       Cicerón, célebre orador político de la Roma antigua, declaró ante el Senado: «Atar a un ciudadano romano es un crimen, azotarle es una abominación, darle muerte no es sino un asesinato, crucificarle, ¿cómo hablar de ello? No existen palabras para describir un acto tan horrible».

       Los romanos reservaban la crucifixión para los esclavos y los extranjeros culpables de homicidio, de robo a mano armada o de rebelión. La cruz era igualmente ignominiosa para los judíos que veían en la muerte de un crucificado la maldición divina (Deuteronomio 21:23).

       Jesús sabía que debía morir en una cruz para llevar el castigo divino contra el pecado (Gálatas 3:13). Era el Cordero de Dios que llevó en la cruz el pecado del mundo. Su muerte constituye el punto central de la Historia y de la eternidad. Hacia ella convergía la esperanza de los creyentes del pasado; de ella salen todas las vías esperanzadoras del porvenir.

       Sin la muerte de Jesús no habría ninguna esperanza de salvación para nosotros. El apóstol Pablo designa el Evangelio como “la palabra de la cruz” que es “poder de Dios” (1 Corintios 1:18). Jesús aceptó una muerte vergonzosa porque nos amaba, tanto a usted como a mí. ¿Le hemos dado las gracias?

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