SI ME CONOCES SEREIS VERDADERAMENTE LIBRES


CONOCER , está  definido  como comprender, entender, saber,  pero  cuando  la  biblia  habla  que  conoció  a  su  mujer,  se  refiere  a  que  tuvo  intimidad  con  ella.
Esta  promesa  que  Dios  nos  dá,   se  refiere  a  la  voluntad  perfecta  de  Dios  para  con  nosotros;  El  desea  que  tengamos  intimidad  con  El,  y  esta  verdad  se  hizo  presente  cuando  envió  a  su  Hijo  y  a  su  Espíritu  Santo  a  buscarnos  para  que  fueramos  su  novia : La  Iglesia  que  somos  tú  y  yo  , para  que  tengamos  eterna  comunión  con  él,  en  el  cielo.
La  invitación  hoy  es  para  que  te  decidas  a  conocer  a  tu  Dios,  al  que  nos  ha  dado  la  vida,  al  que  la  compró  nuevamente  a  precio  de  sangre,  cuando  nosotros  nos  habíamos  perdido  a  causa  del  pecado,  que  nos  separa  de  él  y  nos  ocasiona  muerte  eterna,  veamos:
JUAN   Jesús  les  dijo  a  sus  discipulos:
8:28  Cuando  hayáis  levantado  al Hijo  del  Hombre,  entonces  CONOCEREIS   que  YO SOY,  y  que nada  hago  por  mí  mismo,  sino  que  según  me  enseñó  el  Padre,  así  hablo.
8:29  Porque  el  que  me  envió, conmigo  está;  no  me  ha  dejado  solo  el  Padre, porque  yo  hago  siempre  lo  que  le  agrada.
8:31  Jesús  habló  a  los  que  creyeron  en  él: Si  vosotros  permaneciereis  en  mi  palabra, seréis  verdaderamente  mis  discípulos;
8:32  y  CONOCEREIS  la  verdad,  y  la  verdad  os  hará  libres.
8;36  Así  que ,  si  el  Hijo  del  hombre  os  libertare,  seréis  verdaderamente  libres.

REFLEXION 
Hoy  te  invito  a  que  pensemos  verdaderamente  si  conoces  a  JESUS.  Sabías  que  él  es  el  único  que  nos  puede  librar  de  la  maldición del  pecado ?  Sabías  que  es  el  único  que  nos  hará  libres  de  todas  las  ataduras,  esclavitud,  miseria,  enfermedad,  destrucción, muerte,  inmundicia,  y perdición  de  nuestras  almas  en  el infierno ?  Si  no  sabías  esto,  es  hora  que  hoy  DESPIERTES  y  te  decidas  a  conocerlo,  a  tener  intimidad   con  su  Santo  Espíritu,  de  tal  forma  que  seamos  verdaderamente  libres.
Si  no  tienes  esa  convicción,  aprovecha  esta  oportunidad  para  que  te  acerques  ante  el  trono  de  la  Gracia  y  Vida,  y   pidamos  a  Jesús  que  nos  perdone  y  nos  limpie  de  todos  nuestros  pecados  con  su  sangre  preciosa,  y  a  su  Santo  Espíritu  que  nos  renueve  y  nos  ayude  a  creer  en  esta  preciosa  verdad.  Gracias  Señor  porque  nos  oyes,  Gracias  porque  contestas  nuestras  oraciones,  Toma  el  control  de  mis  Hijos, nietos, sobrinos,  y  demás  familia,  además  de  toda  persona  que  esté  leyendo  este  mensaje,  en  el  nombre  de  Jesús.  Amén...     
BENDICIONES !!!
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí.
Aún por un poco está la luz entre vosotros.
Yo soy la puerta de las ovejas.

Juan 14:6; 12:35; 10:7.
La pregunta
       ¿Hasta qué punto piensa una persona en la cuestión de su eterna salvación? ¿Lo hace ella siquiera en el instante en que debe dejar esta tierra?

       Ofrecí un folleto a una mujer de edad y le expliqué brevemente su contenido. Su mano vaciló. Finalmente me dijo: –Tengo mi creencia y también voy a la iglesia. Entonces le respondí: –¿Puedo preguntarle quién es Jesucristo para usted? No comprendió, y con una mirada vaga contestó: –No pienso tan lejos.

       ¿No es conmovedor? Quizás esta mujer frecuentó la «iglesia» durante toda su vida, oyó miles de veces el nombre de Jesús y también lo pronunció. Sin embargo, no supo responder quién era Jesús para ella. «No pienso tan lejos»: es la prueba de que se contentó con una religión de formas y costumbres. Cuán funesto es haber pasado toda una vida al lado del hecho de que Jesucristo, el Hijo de Dios, el Salvador del mundo, se hizo hombre para poder morir por los pecadores. Para aquel que vive para sí, sin conocer a Cristo como su Salvador personal, el cristianismo es inútil. A lo mejor tiene una linda apariencia, pero sin vida, sin contenido y sin porvenir.

       Me temo que muchos de los que se consideran buenos cristianos andan como esa mujer, sin reflexionar, y nunca llegan a Jesucristo. Pasan al lado de él, al lado de la vida, para estar eternamente lejos de Dios en la desdicha.

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