Hermanos, ya hemos comprendido el inmenso Amor que nos tiene nuestro Padre celestial, por tanto es menester que en nuestra conciencia, nos recordemos el precio tan alto que Dios pagó por nuestra redención y salvación, que no fué con plata ni oro , sino que fué con la preciosa sangre del Cordero de Dios (Jesucristo) que fué inmolado y padeció una sola vez nuestros pecados.
Por lo tanto la promesa de Dios para nosotros, es que si aceptamos a Cristo como nuestro salvador, y reconcemos el sacrificio perfecto que hizo por nosotros, seremos reyes y sacerdotes para Dios el Padre, veamos:
1 JUAN 1
7- pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y LA SANGRE DE JESUCRISTO NOS LIMPIA DE TODO PECADO.
8- Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
9- Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1 PEDRO 1
18- Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
19- sino con la SANGRE PRECIOSA DE CRISTO, como un cordero sin mancha y sin contaminación,
20- ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.
21- y mediante el cual creéis en Dios, quien resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
APOCALIPSIS
1:5 y 6 - Y de JESUCRISTO el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados CON SU SANGRE,, Y NOS HIZO REYES Y SACERDOTES PARA DIOS, SU PADRE; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
REFLEXION :
Estamos concientes que somos REYES Y SACERDOTES PARA DIOS ?? Si aún no tienes esa convicción, es porque no has aceptado ser lavado con la preciosa sangre de Cristo, de todos tus pecados, ni lo has recibido en tu corazón; pero hoy es el día de salvación si aún no has confesado tus pecados. Oremos:
PADRE;
Te adoramos y te damos gracias por haber derramado tu preciosa sangre para limpiarnos de toda maldad, perdona nuestros pecados, te recibimos como nuestro salvador, escribe nuestros nombres en el libro de la vida, en el nombre de Jesús. Amén.
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