Todo el Que Busca, Encuentra

 

No es difícil reconocer que alguien ha pasado mucho tiempo en un quiosco: su
conversación desborda con el drama de la actualidad. Y tampoco es difícil
discernir cuando una persona ha estado en un evento deportivo, ya que su
expresión revela el resultado del partido. Del mismo modo, la gente puede
darse cuenta cuando una persona ha pasado tiempo prolongado en la búsqueda
de Dios. Una imperturbable calma guarda su corazón, y su rostro está lleno
de luz, como con el rocío del cielo. La iglesia necesita más personas que
realmente hayan estado con Dios.
Amado, buscar y encontrar a Dios lo es todo.
La Huella Eterna
Es una vergüenza que, en nuestra era, los servicios de Iglesias no se
enfoquen mas en realmente buscar a Dios. Si, honramos a Dios y le damos
gracias por lo que El ha hecho. Cantamos y escuchamos un sermón y, quizás,
disfrutamos un tiempo de confraternidad con otros. Más aun raramente dejamos
un servicio con el fuego de la eternidad reflejándose en nuestros rostros.
Por el contrario, nos llenamos de información sobre Dios sin realmente
acercarnos a El. La mayoría de nosotros estamos todavía en gran parte
inconscientes de la presencia de Dios
Mientras necesitamos programas en las Iglesias, camaradería, y tiempos de
capacitación ministerial, no debemos asumir automáticamente que el
adoctrinamiento religioso es lo mismo que realmente buscar a Dios. Mientras
a menudo soy bendecido al escuchar música Cristiana contemporánea, incluso
el entretenimiento piadoso no es un sustituto de mi propia adoración y
encuentro con Dios.
Así, preguntémonos: ¿Hay un lugar y un tiempo aparte en nuestra vida
espiritual en el que podemos entregarnos a la búsqueda de Dios? ¿Que si el
Espíritu de Dios en realidad desea manifestarse a Si mismo durante nuestro
servicio? ¿El Señor tendrá que esperar hasta que terminemos con el programa
que agendamos?  Yo respeto y reconozco la necesidad de orden; necesitamos
los tiempos estipulados para anuncios y propósitos definidos que ocupan
nuestras actuales mañanas de Domingo, pero ¿tenemos que hacer nosotros lugar
para Dios mismo?
 "No sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía"
Cuando recién nos determinamos a acercarnos a Dios, puede parecer que
logramos poco con nuestros esfuerzos. Aun así, tenga la seguridad: incluso
el pensamiento de buscar a Dios es un paso hacia nuestra transformación.  Y
aun, con frecuencia no notamos los primeros signos de nuestro renuevo
espiritual, porque mientras crecemos en nuestra conciencia de Dios,
simultáneamente nos volvemos menos conscientes de nosotros mismos. Aunque
puede que no nos demos cuenta de que estamos cambiando, otros ciertamente lo
harán.
Considere la experiencia de Moisés. El siervo de Dios había subido al Monte
Sinaí, y allí estuvo de pie delante del Dios vivo. Los ojos de Moisés fueron
realmente llenos con la gloria de Dios; sus oídos en realidad escucharon el
sonido audible de la voz del Señor. Más todavía, cuando Moisés regresó al
pueblo, la Biblia dice que Moisés "no sabía que la piel de su rostro
resplandecía" (Éxodo 34:29). Cuando los Israelitas vieron el fuego de la
gloria de Dios en el rostro de Moisés, "tuvieron miedo de acercarse a él"
(v. 30). Vieron que el había estado con Dios.
La iglesia necesita más personas que se hayan, como Moisés, acercado al
Omnipotente, gente que se haya parado en el fuego sagrado de la Presencia de
Dios. Por el contrario, nos agotamos con doctrinas periféricas o estilos de
música en nuestros servicios. Tal vez haya beneficios en debatir
constantemente los matices de nuestras doctrinas, pero ¿no estamos
verdaderamente más sedientos por la realidad de Dios?
La Resistencia del Enemigo
¿Que ocurre cuando buscamos a Dios? La Biblia dice que en el momento mismo
en el cual nos acercamos a El, la Presencia viva de Dios se está acercando a
nosotros (Santiago 4:8).  La ayuda está llegando, la redención para nuestra
situación está en camino, fortaleza llegara pronto y la sanidad será
activada.
Pero, uno puede decir, ¿que si lo buscamos y El no se acerca? No tema, El lo
hará. Puede que no se manifieste como lo supusimos, pero El vendrá. No
obstante, reconozcamos asimismo que puede haber una batalla espiritual.
Debemos ser persistentes.

Recuerde la experiencia del profeta Daniel (Dan. 10:2-13). Durante tres
semanas buscó al Señor con ayuno y duelo. Luego, de pronto, un ángel del
Señor se le apareció, asegurándole que "desde el primer día que dispusiste
tu corazón...y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus
palabras" (v. 12). ¿Por que tomó tanto tiempo? El "príncipe del reino de
Persia," un gobernador espiritual demoníaco, resistió al ángel enviado a
Daniel. Hubo guerra espiritual.
Asique fortalezca su corazón para la probabilidad de la batalla. Puede haber
retrasos y resistencia. Recuerde que son los que vencen los que heredan las
promesas de Dios.
 La Fragilidad Humana
Mas allá de los obstáculos causados por la lucha espiritual, nosotros
también hemos heredado debilidad que puede obstaculizar nuestra búsqueda de
Dios.  Por ejemplo, usted comienza a buscar a Dios, pero en vez de
progresar, se halla distraído, pensando en las cosas que tiene que hacer.
Para silenciar a la persistente memoria, simplemente escriba las cosas que
ella le diga. Una vez escritas, su memoria se tranquilizara y su corazón
volverá a buscar a Dios.
Otro obstáculo en acercarse a Dios pueden ser las cargas emocionales que
portamos.  Así como hemos blanqueado los asuntos de nuestra memoria, así
debemos tomar tiempo para echar nuestras cargas en el Señor (1 Pedro 5:6-7).
Irónicamente, nuestros cuidados y preocupaciones podían haber ayudado a
motivarnos hacia el cielo, mas aun también puede dominar nuestra consciencia
y, junto a otros asuntos, incluso "ahogar la palabra" (Mateo 13:22),
dejándonos sin fruto en nuestra búsqueda de Dios.
Así, cuando busca al Señor, cuando asuntos y preocupaciones personales
surgen, ponga sus cargas sobre los hombres del Señor. Si su preocupación es
acerca de un ser amado, confíele esa persona al cuidado del Señor; si está
luchando con pecado, pídale perdón a Dios. Si es un conflicto sin resolver
con otra persona, perdónelo lo más posible, y acérquese a Dios.
Si se preocupa por la escasez en la profundidad de su perdón hacia otros,
recuerde: la gracia para soltar completamente a alguien que nos ha herido no
mora en nosotros sino en Cristo. Cuando más nos acercamos a El, poseemos
mayor poder sobre el pecado y nuestras reacciones en la vida.
Nuestro objetivo es, día tras día, acercarnos más a Dios. El nos ha ordenado
venir audazmente a Su trono de gracia. Para recibir la ayuda que
necesitamos, debemos llegar a Su trono. Recuerde también que nuestra
confianza proviene de Cristo mismo. El prometió, "Todo aquel que pide,
recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá" (Mateo 7:8).
Estamos buscando una vida de devoción cada vez mayor, aunque ciertamente
puede comenzar en una temporada de acercamiento. A pesar de los obstáculos
naturales y espirituales, a medida que perseveramos, el Señor nos asegura:
"¿¡Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los
que le pidan!?" (Mateo 7:11).
Si no dejamos de buscar y llamar, vamos a descubrir grados de intimidad con
Dios. Incluso ahora, Él está cerca. El Señor promete: "Todo el que busca
encuentra..." (Mateo 7:8).
Maestro, poseer más de Ti es el enfoque de la existencia de mi corazón.
Acércate, bendito Redentor, cumple Tu deseo para mi cumpliendo mi deseo por
Ti.

 

 

El mensaje precedente ha sido adaptado de un capitulo en el libro de
Francis, "And I Will Be Found By You"  - no disponible en Espanol.

 

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