ARREPENTIMIENTO:
De la raíz metanoeo; Meta: después y Noeo: pensar; El ARREPENTIMIENTO es una decisión
que resulta en un cambio de mente, lo cual a su vez lleva a un cambio de propósito
y acción; el primer llamado al reino de Dios, es el ARREPENTIMIENTO, el cual
trae las siguientes implicaciones: 1. Renuncia y cambio de actitud; 2.
Sumisión y deseos de aprender y
3.
Un continuo perfeccionamiento. No hay nacimiento en el reino de Dios, sin oír
el llamado de salvación, renunciar al pecado y volverse del mismo a Cristo el
Señor (Hechos 3:19), no hay crecimiento en el reino sin obediencia a los
mandamientos de Jesús y sin acatar, como un discípulo que actúa con sencillez y
humildad parecido a un niño, la enseñanza de la palabra de Dios (Santiago
1:21a 25) siendo hacedores mas que oidores; No hay crecimiento
constante , ni fruto, si no nos proponemos a aceptar la corrección y guía
del Espíritu Santo de Dios. Veamos:
HECHOS: A los ancianos de Éfeso.
20:18 Cuando
vinieron a Pablo, les dijo: Vosotros sabéis como me he comportado entre
vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entre en Asia. 19.
Sirviendo con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido
por las asechanzas de los judíos; 20. Y como nada que fuese útil he
rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, 21. Testificando
a judíos y a gentiles acerca del ARREPENTIMIENTO PARA CON DIOS, y de la fe en
nuestro Señor Jesucristo.
PROMESAS:
Si nosotros nos ARREPENTIMOS de todos
nuestros pecados, es decir, cambiamos nuestra vieja manera de pensar y actuar,
que era contraria a la voluntad de Dios para con nosotros, vamos a recibir el perdón
de pecados, y la salvación de nuestras almas.
REFLEXION:
Nos hemos arrepentido de nuestros
pecados, para recibir la salvación de Dios?
Es lo más importante y lo primero que
debemos hacer, para recibir el perdón de pecados y la salvación, dada por Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo, sin este paso de obediencia, junto
con el bautismo, no podemos permitir que el reino de Dios, vena a nosotros.
OREMOS:
Padre, te alabamos , te bendecimos, te
damos gracias, por haber enviado tu Hijo , para morir por nosotros y
pagar el precio por nuestros pecados, hoy te pedimos perdón por haber pecado
contra ti, y nos arrepentimos verdaderamente a ti, para que sean borrados y
entremos en tu salvación, en el nombre de Jesús, para tu gloria y honra. Amén.