RENUEVA UN ESPIRITU RECTO DENTRO DE MÍ

RENUEVA: De la palabra RENOVACION, y la raíz anakainosis; Ana que es otra vez y kainos que es nuevo; la palabra sugiere una restauración a algo nuevo, una transformación y un cambio de corazón y vida. En Romanos 12:2, se indica el cambio completo para lo mejor, un ajuste de visión moral y espiritual de la persona; aquí se hace hincapié en la obra transformadora del Espíritu Santo en cada uno de nosotros  la salvación viene por una doble vía: 1. Por el lavamiento de la REGENERACION que es una referencia al bautismo (Hechos 2:38) Que es el arrepentirnos y bautizarnos en el nombre de Jesús para perdón de pecados, y precede a la conversión a Cristo y 2. La RENOVACION en el Espíritu Santo, que alude al papel del Espíritu Santo al propiciar un nuevo nacimiento en el creyente al concederle vida eterna. Veamos:

SALMO: La oración de arrepentimiento de David

51:1 Ten piedad de mí, Oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. 2. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. 3. Porque reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. 4. Contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio. 10. Crea en mí, Oh Dios, un corazón limpio, y RENUEVA UN ESPIRITU RECTO DENTRO DE MI. 11. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu Santo Espíritu. 12, Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.  

PROMESAS:

Cuando nosotros nos arrepentimos, como nos da el ejemplo el rey David, Dios perdona nuestros pecados, y vendrá la presencia del Señor en tiempos de refrigerio (Hechos 3:19), paz, gozo, amor y poder en el Espíritu Santo.

REFLEXION:

Cuando pecamos nos estamos arrepintiendo de verdad, ante Dios? 

Hermanos, debemos pedirle al Espíritu Santo de Dios, nos ayude a que nos arrepintamos verdaderamente de nuestros pecados, esto es luchar para no volver a cometerlos, con su poder; y esto lo conseguimos en comunión con El, y una decisión verdadera de no volver a practicar el pecado.

OREMOS:

Padre, en el nombre de Jesús, venimos delante de tu presencia, para pedirte perdón por nuestros pecados, te pedimos, como lo hizo David, un corazón contrito y humillado, que tú no desprecias, y crea en nosotros un corazón limpio, gracias porque lo haces, te encomendamos a nuestros seres queridos, familias, para tu gloria y honra, Amén.