EL LEON DE LA TRIBU DE JUDA, LA RAIZ DE DAVID HA VENCIDO

En este pasaje de la Escritura, nos describe a JESUCRISTO como el LEON DE LA TRIBU DE JUDA, llamado así proféticamente por su Padre Jacob, y  sus hermanos  que lo proclamaron  y reconocieron como gobernandor; Judá era era el cuarto hijo de Jacob, quien alabó a Dios en un momento de angustia y necesidad, por esa razón JUDA significa ALABANZA. 

El león simboliza, realeza, poder, justicia, ley, orden, generosidad, dignidad, firmeza y estas cualidades y características son las de Jesucristo el Hijo de Dios , quien vino como cordero inmolado, pero ante la incredulidad de su pueblo, también es el león que ruge con firmeza al ver a sus enemigos que atentan contra su reino.

La promesa de Dios para nosotros es que JESUCRISTO  ha vencido, y es el único digno de abrir el libro de la Vida para nosotros, veamos:

GENESIS

49:8 Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; los hijos de tu padre se inclinarán a tí. 9- Cachorro de león, Judá; de la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Asi como león viejo: quién lo despertará ? - 10- No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de ente sus pies, Hasta que venga Siloh (Cristo) y a El se congregarán los pueblos.

ROMANOS 

8:37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 

APOCALIPSIS

5:4 y lloraba mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni leerlo, ni mirarlo. 5- Y uno de los ancianos me dijo: No llores, He aquí EL LEON DE LA TRIBU DE JUDA, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos (Sus Espíritus).

REFLEXION:

Tenemos derrotas en nuestras vidas ? Hermano, hoy es el día en que tomemos esta palabra, somo más que vencedores, en Cristo Jesús si le obedecemos, y acatamos su justicia, su ley , órden, y lo proclamamos como rey de nuestras vidas, porque va a llegar el momento en que El sólo El , abrirá el libro de la vida para ver si estamos allí inscritos, para recibir la corona . 

OREMOS: 

Te bendecimos, te adoramos, Oh precioso cordero inmolado y Leóbn de la tribu de Judá, que has vencido para que tengamos acceso ante el trono de la gracia, perdona nuestros pecados y escribe nuestros en el libro de la vida, que solo tú eres digno de desatar y abrir, en el nombre de Jesús, Amén.