Todos nosotros queremos que Dios nos bendiga, que no nos falte nada, que todo salga como queremos y deseamos, sin necesidad de hacer nada, sin necesidad de cumplir con algún requisíto o seguir alguna instrucción de parte de nuestro Dios, Padres, Cónyuges, Pastores u otro hermano que
nos exhorte a hacer determinada actividad.
Pero esta situación no se presenta en ninguna circunstancia de la vida, pues cuando tu deseas algo o te propones algo, necesariamente debemos emprender una acción, cumplir con ciertos requisítos, sea para entrar a la Universidad, conseguir un trabajo, cambiar de carro , programar una reunión etc..
Para obtener esta PROMESA, y las bendiciones de las riquezas de la gloria de Dios, también hermanos, es necesario cumplir con ciertos requisítos fundamentales, que nos van a llevar a la plenitud interior, a producir que la mano de Dios se mueva a favor de nosotros, y es cuando nuestra actitud es de una decisión valiente, humilde, y la determinación de obedecer, y de conocer a Dios y seguirlo, veamos:
MATEO 11 Jesús le dice a sus discípulos:
29- LLevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y HUMILDE de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
EFESIOS 3
10- Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
11- conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,
12- en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en El.
13- por lo cual pido que no desmayéis a causa de las tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.
14- Por esta causa doblo rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
15- de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra,
16- PARA QUE OS DE, CONFORME A LAS RIQUEZAS DE SU GLORIA, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu.
17- para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
18- seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,
19- y de conocer el amor de Cristo, que excede todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
20- Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de los que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.
21- a El sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
SANTIAGO 4
6- Pero El da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y dá gracia a los HUMILDES.
7- Someteos, pues, a Dios: resistid al diablo, y huirá de vosotros.
8- Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores , limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
10- Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
REFLEXION:
Cuál es nuestra actitud cuando le pedimos algo a Dios ?? Tenemos que meditar y recapacitar en ésto hermanos, pues si nuestra actitud es egoista (Dame, dame....lo que quiero,,,) sin pensar primero en Dios y nuestro prójimo o de soberbia ( Exigente, impetuosa, e irrespetuosa), si pedimos más para nuestros deleites, que para hacer la voluntad de Dios, si pedimos deseando el mal alguién etc....Si esta es nuestra actitud debemos cambiarla por una postura de HUMILDAD doblando nuestras rodillas, en ruego, súplica, adoración y reverencia a Dios , y sólo así hermanos vamos a alcanzar ver la gloria de Dios en nuestras vidas . Oremos:
PADRE:
Te bendecimos, te adoramos, venimos delante de tí humildemente, reconociendo que tu eres Dios, todo poderoso para hacer las cosas mucho más abundantemnete de lo que pedimos o entendemos, que tienes el control sobre todo lo que existe, y que para tí solo es toda gloria, alabanza y majestad, hoy te rogamos, que nos miores con tus ojos de Amor, y misericordia, y que nos des de tu gracia, como lo dice en tu palabra, para que lleguemos a conocer de la plenitud tuya, y seamos bendecidos de toda tus riquezas, para que tu nombre sea glorificado por los siglos de los siglos, Amén.
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